Línea dibujada en un suelo que se tambalea
respiración apenas audible
mirada contra la pared
latido amordazado y roto
palabras como espinas atravesadas en la garganta
ataduras que me cortan
l a p i e l
respiración apenas audible
mirada contra la pared
latido amordazado y roto
palabras como espinas atravesadas en la garganta
ataduras que me cortan
l a p i e l
Apenas una inmedible fracción
de la más pequeña unidad de abismo
y mi mano
explorador indeciso
se detiene
y vuelve a su rincón.
de la más pequeña unidad de abismo
y mi mano
explorador indeciso
se detiene
y vuelve a su rincón.
Apenas callo
cuando el silencio
como una gran esponja
absorbe en mi garganta las palabras
no
dichas.
cuando el silencio
como una gran esponja
absorbe en mi garganta las palabras
no
dichas.
Apenas un instante
desde botes salvavidas raídos y rotos por el deseo
contemplan
mis ojos
antes de sucumbir
las luces de la orilla
desde botes salvavidas raídos y rotos por el deseo
contemplan
mis ojos
antes de sucumbir
las luces de la orilla
Resignada
espero
a este lado
de la piel.
a este lado
de la piel.
Desde el rincón donde te escondes
la puerta
parece abierta
el camino bien trazado
y la luz no deja lugar a sombras.
Desde el rincón donde te escondes
ves entrar al hombre del sombrero
al niño que mira a todos lados
y al que presume de conocer el lugar como la palma de su mano.
Desde el rincón donde te escondes
las voces suenan cerca
apenas a un siglo de tu piel
entiendes bien su idioma
sabes lo que pesa un gramo de silencio
Y piensas desde el rincón donde te escondes:
entonces yo también
entonces por qué no
entonces ahora
sí
Pero un portazo seco
te vuelve a dejar fuera
y regresas con los párpados muertos y el paso del autómata
a ocupar tu lugar
en el rincón donde te escondes.
la puerta
parece abierta
el camino bien trazado
y la luz no deja lugar a sombras.
Desde el rincón donde te escondes
ves entrar al hombre del sombrero
al niño que mira a todos lados
y al que presume de conocer el lugar como la palma de su mano.
Desde el rincón donde te escondes
las voces suenan cerca
apenas a un siglo de tu piel
entiendes bien su idioma
sabes lo que pesa un gramo de silencio
Y piensas desde el rincón donde te escondes:
entonces yo también
entonces por qué no
entonces ahora
sí
Pero un portazo seco
te vuelve a dejar fuera
y regresas con los párpados muertos y el paso del autómata
a ocupar tu lugar
en el rincón donde te escondes.
Como soldados a las puertas
del palacio de Buckingham
mis manos sueñan
mover hacia ti
del palacio de Buckingham
mis manos sueñan
mover hacia ti
su piel.